domingo, 12 de julio de 2009


“Artadi Viñedos&Vinos…. PREMIEUR 2008”

Juan Carlos Lopez de Lacalle

En los últimos años, venimos sufriendo las influencias de lo que parece ser un cambio climático y más concretamente un calentamiento global del planeta.

Temperaturas medias elevadas, lluvias escasas en general acompañadas por temporales de viento, lluvias torrenciales, huracanes y fenómenos climatológicos que nos hacen pensar que algo está cambiando climatológicamente en el planeta.

El ser humano, en su afán de conquistar todos los rincones y facetas de la tierra y de la vida, está cambiando con su intervencionismo el equilibrio natural que mantiene vivos a los hombres, los animales y las plantas.La emisión de gases de efecto invernadero, parece ser la causa de la respuesta que nuestro planeta da a la acción desmesurada del hombre.

Pero la viticultura, ¿cómo se resiente de todo esto?¿Cómo afectan estos cambios a nuestros viñedos y a nuestros vinos?Aunque no es fácil responder de forma categórica, es un hecho constatado por todos los viticultores y bodegueros, que en los últimos años los ciclos vegetativos en el viñedo cada vez son más cortos.

Las fechas de vendimia se adelantan de forma notable frente a un calendario de vendimia tradicional, aumenta el grado alcohólico, baja la acidez y se constata un desfase y una dificultad, en todas las zonas de producción, para optimizar la relación entre la maduración glucométrica (azúcares) y la fenólica (taninos).

Las condiciones climatológicas actuales que vivimos, ¿responden a una situación de cambio que realmente incidirá en el comportamiento del viñedo incluso desde su aspecto genético o por el contrario será una situación transitoria?Hemos querido plasmar esta reflexión, a modo de introducción, en este documento que anualmente nos define las peculiaridades climatológicas de la añada y que obviamente nos caracteriza los vinos de cada cosecha, con un doble objetivo.Por un lado, la aportación de un granito de arena para ayudar a sensibilizarnos sobre lo importante que es el respeto a la naturaleza y sobre las graves consecuencias que puede acarrear la inconsciente manipulación de los recursos naturales.

En nuestro caso, abogar por la práctica de una viticultura sostenible y respetuosa con la naturaleza y el medio ambiente.Por otro lado, la importancia que supone año tras año la climatología en la calidad de los vinos, su incidencia en la caracterización de acuerdo con su zona de producción, la variedad de la uva, los suelos y en definitiva, su personalidad.


LA AÑADA 2008

Afrontamos la nueva cosecha con un invierno seco y frío. Quizá algo más extremo que lo habitual. La escasez de lluvias (59,6 l/m2) durante los cuatro meses de invierno y temperaturas medias de 6,2 grados centígrados dan una idea de esta circunstancia.

Pudimos aprovechar esta situación para adelantar los trabajos de poda y las labores del suelo, consiguiendo una buena oxigenación de la tierra y óptima preparación del suelo para el aprovechamiento de las abundantes lluvias entre los meses de marzo a junio. Es de reseñar los 161,4 l/m2 registrados durante el mes de mayo.

Como dato importante para analizar el desarrollo vegetativo del viñedo, durante este ciclo 2007/2008 se recogieron 492,5 l/m2.

A diferencia de otros años, en los que aparecen las lluvias de forma estacional y con cierta concentración en días puntuales, posibilitando los trabajos de campo y el desarrollo y crecimiento de la planta en periodos de ausencia de lluvia, este año por el contrario, hemos sufrido la presencia de abundantes precipitaciones prácticamente cada día.

Este hecho propició un fuerte desarrollo vegetativo e indujo a la proliferación, al igual que en el año anterior, de enfermedades criptogámicas y nos dificultó la aplicación de tratamientos fungicidas (azufre y cobre) para preservar los viñedos de posibles ataques de mildiu, oidio y botritis.

Como consecuencia de todo lo anterior fue notable la aparición de diversas alteraciones fisiológicas en el viñedo: una baja fertilidad de las yemas (0,5 a 0,7 frutos por yema), floración desigual y corrimiento en el cuajado del fruto con la consiguiente reducción en el número de bayas por racimo. En resumen, una primavera un tanto accidentada con escasa formación de racimos y bayas que auguraba una cosecha escasa.
Los meses de julio, agosto y septiembre registraron escasas lluvias, alguna precipitación esporádica (10 de septiembre - 12 l/m2) que unido a temperaturas suaves con considerables saltos térmicos entre el día y la noche, consiguieron la ralentización del proceso de maduración.

La formación de turgentes bayas y racimos y la presencia en el fruto de un gran contenido de sustancias aromáticas y compuestos fenólicos, fueron las características más destacadas.En fin, todo ello nos condujo a un pausado y largo proceso de maduración que nos permitió iniciar la vendimia el día 12 de octubre.Aunque hemos obtenido una cosecha un tanto escasa, hemos disfrutado de un periodo largo de maduración consiguiendo un justo nivel de azúcares y una interesante maduración fenólica.

El frescor, la acidez, el equilibrio glucométrico, el potencial aromático y el contenido polifenólico hacen que esta añada nos recuerde los tradicionales vinos de La Rioja Alavesa. Atributos como la finura de sus aromas, la frutosidad, el elegante paso de boca y el recuerdo de unos taninos delicados pueden ser las características de esta cosecha. Lo que los abuelos llamaban

“Un Vino Señorito”.

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